Ya sea durante el fenómeno del Desierto Florido o en los tranquilos meses de otoño, el Parque Nacional Llanos de Challe ofrece una experiencia única, combinando educación ambiental, aventura y contemplación.

En la vasta Región de Atacama, donde el desierto se encuentra con el océano, se despliega un rincón de extraordinaria biodiversidad y paisajes que parecen pintados por la mano de la naturaleza: el Parque Nacional Llanos de Challe. Este parque, con sus 45.708 hectáreas protegidas, no solo resguarda ecosistemas únicos del desierto costero de Huasco, sino que también invita a los viajeros a descubrir un mundo donde la flora y la fauna conviven en equilibrio con un paisaje casi mágico.

El Parque Nacional Llanos de Challe se encuentra en la provincia de Huasco, comuna de Huasco, en la Región de Atacama. Su ubicación privilegiada, cercana al mar, lo convierte en un espacio donde el fenómeno del desierto florido adquiere un esplendor único. Las nieblas costeras, conocidas como camanchaca, aportan humedad suficiente para que la vegetación cobre vida, especialmente durante los años de lluvias, cuando más de 200 especies de plantas anuales y geófitas estallan en colores que van desde el violeta hasta el amarillo intenso.

Creado legalmente en 1994, este parque no solo cumple un rol ecológico y científico, sino que también se ha convertido en un destino turístico que atrae a quienes buscan experiencias únicas en la naturaleza, observación de flora y fauna, y la tranquilidad de un entorno casi virgen.

Cómo llegar al Parque Nacional Llanos de Challe

Llegar al Parque Nacional Llanos de Challe es relativamente sencillo, aunque requiere planificación para disfrutar de la travesía. Desde Huasco, se toma la ruta costera C-360 hasta la guardería de Los Pozos de CONAF, a unos 40 km al norte de Huasco Bajo. Otra opción es acceder por la ruta de ripio C-440, que conecta Canto de Agua con Carrizal Bajo, ubicada a aproximadamente hora y media desde Vallenar. Ambas rutas se encuentran en buen estado, aunque se debe conducir con precaución en la ruta costera, ya que la bischofita que recubre el camino puede volverse resbaladiza en presencia de humedad.

Para quienes viajan desde Santiago, lo más recomendable es tomar la Ruta 5 Norte (Panamericana) hacia el norte, pasando por La Serena y Vallenar. Desde Vallenar, se puede continuar por la C-440 hasta el parque, un trayecto que dura aproximadamente una hora y media. Este recorrido permite disfrutar de los contrastes del norte chileno: desde los valles hasta los llanos costeros que bordean el Pacífico, en un viaje que combina comodidad y paisajes únicos.

Para quienes dependen del transporte público, existe una salida semanal desde Vallenar los viernes, con punto de partida frente al estadio techado.

Flora: Un espectáculo que solo la naturaleza puede ofrecer

El corazón del parque late en su diversidad florística. Más de 220 especies vegetales habitan este territorio, de las cuales 206 son nativas de Chile y 14 endémicas, exclusivas de la región. Entre ellas destacan la copiapoa de Carrizal (Copiapoa dealbata) y la delicada garra de león (Bomarea ovallei). La flora no solo sobrevive en estas condiciones semiáridas, sino que también crea un espectáculo que ha convertido a Llanos de Challe en uno de los puntos más emblemáticos para observar el desierto florido, un fenómeno que transforma el árido paisaje en un mosaico de colores.

Este escenario ofrece a los visitantes la oportunidad de apreciar especies en peligro de extinción y otras en estado vulnerable, convirtiendo cada caminata por los senderos en un viaje educativo y visualmente deslumbrante.

Fauna silvestre: Guanacos y más

El parque no solo es un refugio para la vegetación, sino también para la fauna silvestre. Entre sus habitantes destacan aves como diucas, mineros, cometocinos y tijerales, además de rapaces como aguiluchos y pequenes, y carroñeros como el jote. En la zona costera, es posible observar especies migratorias como chorlos, playeros y zarapitos.

Entre los mamíferos, los visitantes pueden encontrarse con zorros chilla y culpeo, micromamíferos como el ratón orejudo y el ratoncito oliváceo, e incluso la yaca (Thylamys elegans), uno de los dos marsupiales de Chile. Pero sin duda, el guanaco (Lama guanicoe) se lleva la atención: el mamífero silvestre más grande de Chile, capaz de adaptarse a las condiciones extremas del desierto, es un símbolo vivo de la identidad de la región. Los guanacos alcanzan hasta 1,70 m de altura y 140 kg de peso, y sus poblaciones en el parque son un testimonio del éxito de los esfuerzos de conservación, aunque aún enfrentan amenazas por la caza y la fragmentación de su hábitat.

Actividades y senderos: Una experiencia inmersiva

Para los amantes de la naturaleza y la aventura, el parque ofrece senderos y caminos bien definidos que permiten explorar su diversidad sin afectar el delicado ecosistema. Se recomienda recorrerlos a pie para disfrutar de la observación de flora y fauna, tomar fotografías del desierto florido y contemplar las vistas del océano desde los llanos costeros.

Recomendaciones para preservar este tesoro natural

La visita al parque requiere de responsabilidad y respeto por la naturaleza. Algunas recomendaciones importantes incluyen:

  • No ingresar con mascotas.
  • No alimentar a la fauna.
  • Evitar la cosecha de flores, cactáceas y arbustos.
  • No circular con vehículos motorizados en la zona de playa y dunas.
  • Transitar únicamente por senderos y caminos establecidos.
  • En caso de sismo, dirigirse a la guardería ubicada en Los Pozos, que dispone de una zona de seguridad.

El Parque Nacional Llanos de Challe es un lugar para desconectarse del ritmo urbano y reconectarse con la naturaleza, donde cada paso revela un nuevo descubrimiento. Estas medidas buscan asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutar del parque y de su riqueza natural en las mismas condiciones que los visitantes actuales.

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