Los paisajes únicos y enigmáticos de San Pedro de Atacama, llenos de rocas rojizas, arenas finas y cielos infinitos, convierten a su desierto en el destino perfecto para los amantes de la ciencia ficción.

¿Quién no ha soñado alguna vez con pisar el suelo de Marte, con estar en otro planeta? Figuras visionarias como Elon Musk, con SpaceX, prometen acercarnos al Planeta Rojo en la próxima década, encendiendo la chispa de la curiosidad sobre cómo sería un futuro en fuera de la Tierra. Pero la espera no tiene que ser larga, porque existe un lugar en nuestro mundo que te puede llevar a Marte sin dejar nuestra atmósfera: el desierto de Atacama en Chile. San Pedro de Atacama, una localidad rodeada por este vasto desierto, alberga paisajes tan sobrecogedores que te harán sentir como un verdadero explorador espacial.

Sus paisajes parecen haber sido arrancados del mismísimo Marte y, como dato curioso, es uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica. En San Pedro, el suelo rojo, las formaciones rocosas y el silencio imponente transportan a los viajeros a un mundo que parece no pertenecer a este planeta.

A continuación, te presentamos cuatro lugares en San Pedro de Atacama donde sentirás que has aterrizado en Marte.

Valle de la Luna

El Valle de la Luna, con su nombre evocador y sus paisajes surrealistas, es una de las joyas del desierto de Atacama. Al llegar, te encontrarás rodeado de dunas gigantes y formaciones de sal y arcilla que parecen esculpidas por manos extraterrestres. Este valle parece haber sido moldeado por siglos de viento y agua, aunque, en realidad, la erosión y el clima extremo han hecho todo el trabajo, dándole ese aspecto de otro mundo. Durante el atardecer, el Valle de la Luna se tiñe de rojos, naranjas y púrpuras, convirtiéndose en el lugar perfecto para pasear entre cañones y mesetas de sal que crujen bajo tus pies, ofreciéndote una experiencia que, aunque terrenal, se siente galáctica.

Piedras Rojas

Las Piedras Rojas son una formación rocosa en tonos rojizos que, bajo la luz del sol, adquieren un brillo peculiar. Alrededor, el lago altiplánico brilla en turquesa, formando un contraste único. La superficie rugosa y rojiza de estas piedras, unida al cielo claro y profundo del altiplano, convierte a este lugar en un rincón perfecto para perderse en los paisajes de ciencia ficción. No solo es un sitio para maravillarse visualmente, sino también para sentir la inmensidad y serenidad de un paisaje que parece salido de otro planeta.

Valle de la Muerte

Su nombre lo dice todo: aquí la vida es escasa y el silencio parece absoluto, dándole a este lugar una atmósfera de abandono cósmico. También llamado Valle de Marte, el Valle de la Muerte y sus enormes dunas y cañones profundos de roca rojiza parecen sacados de una expedición al Planeta Rojo. Los tonos rojizos, cobrizos y ocres dominan el paisaje en el que, si eres de los que busca un toque de aventura, puedes probar el sandboarding en las dunas o simplemente contemplar la calma del valle mientras el sol tiñe el cielo de colores.

Valle del Arcoíris

Aunque Marte no es precisamente un lugar lleno de colores, el Valle del Arcoíris te transporta a una versión surrealista del desierto. Este valle es famoso por sus montañas y colinas que muestran una variedad de tonos impresionantes: rojos, verdes, amarillos y hasta violetas. El colorido de las rocas se debe a la presencia de diversos minerales, pero el paisaje es tan inusual que parece otra realidad. Al caminar por este valle, te verás rodeado de colores únicos en medio de un silencio profundo que invita a la introspección y a perderte en el paisaje. Los tonos cambiantes con la luz del día le dan un aura misteriosa, transformando cada rincón en un espacio de otro mundo que cualquier explorador soñaría con descubrir.

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