Literalmente sacada de un cuento, Robinson Crusoe, es una icreíble isla aún prístina, que goza de impresionantes acantilados, bellas playas y las mejores aguas para bucear ¿quieres saber más?

Caminar cerro arriba hacia filosas cimas, fotografiar impresionantes acantilados, relajarse en playas imposibles,  bucear en los mejores lugares de Sudamérica y conocer su asombrosa flora y fauna, son sólo algunas de las aventuras que puedes realizar en la deslumbrante y extrañamente poco conocida, isla Robinson Crusoe.

Forma parte del Archipiélago Juan Fernández, que también incluye a las islas Santa Clara y Selkirk; está a 670 kilómetros de la costa de Valparaísoy aun así, sólo el 1% de los chilenos ha puesto un pie en ella. En el continente, pocos la consideran entre los paquetes turísticos dentro de Chile para ofrecer, y unicamente 500 personas viven en la isla, por eso se mantiene prístina, pero eso no es todo lo que  Robinson Crusoe  tiene para ofrecer.

Es legendaria, su reputación la antecede. La isla le dio una fascinante historia al escritor Daniel Dafoe y a cambio, este y su novela, le dieron el nombre que hoy ostenta. El famoso libro cuenta como  naufraga un hombre llamado Robinson Crusoe. El relato fue inspirado por los hechos reales que le ocurrieron al navegante escocés, Alejandro Selkirk, a principios de 1700 cuando fue abandonado por su tripulación en la isla por más de 4 años.

Pero no sólo de una interesante anécdota se jacta esta poco conocida joya del Pacífico chileno. La mayoría de su territorio, se mantiene completamente virgen. Su flora es 61 veces más abundante que la de las Islas Galápagos, 64% de la cual, es endémica. Además sus aguas son uno de los mejores lugares para bucear en Sudamérica, por su tremenda variedad de fauna, que congrega el mayor número de especies marinas únicas en el mundo. Por eso es que la Unesco la ha nombrado Reserva de la Biosfera.

Para llegar a la isla, se puede tomar un avión desde los aeródromos de Tobalaba, Pudahuel o Torquemada en Viña del Mar. Después de dos horas y media aproximadamente, se aterriza en el aeródromo Robinson Crusoe, para luego navegar en bote hacia el poblado de San Juan Bautista. La opción alternativa, es tomar un programa turístico desde el continente y dejar todo en manos de los profesionales. 

¿Qué estás esperando para ir a conocerla?

Vive la experiencia