Descubre dónde están las siete Lagunas Escondidas más hermosas hay en Chile y cómo llegar a ellas

A una hora de San Pedro de Atacama, se encuentran las  Lagunas Escondidas de Baltinache. Siete cuerpos de agua transparente de color turquesa, que en contraste con el blanco del salar, hacen de este uno de los paisajes más increíbles que hay en Chile.

Este era mi segundo viaje a San Pedro. En mi primera experiencia, aprendí que los lugares más hermosos eran los más concurridos, por eso es que para esta nueva oportunidad busqué  hitos menos conocidos donde se pudiera disfrutar del paisaje en su estado natural.

Indagando antes del viaje me encontré con las llamadas Lagunas Escondidas de Baltinache, siete pequeñas lagunas de agua tan salada que hacen flotar al cuerpo humano tal y como sucede en la conocida Laguna Cejar. Ya estaba decidida, iría a verlas a como dé lugar.

Mi compañera de viaje y yo optamos por arrendar un auto y así poder llegar a esos lugares que son poco frecuentadas por las rutas turísticas habituales.

Cómo llegar a las Lagunas de Baltinache

Desde San Pedro de Atacama tomamos la ruta que va hacia Calama por aproximadamente 10 km hasta una intersección donde hay una pequeña señalética. En este cruce tomamos el camino de la izquierda.

Nosotras seguimos la recomendación de la chica de la recepción del hostal y manejamos a 20 km por hora. Son 45 kilómetros de camino no pavimentado. Es una ruta hermosa, pero las piedras sueltas la hacen más peligrosa de lo que parece. Justo cuando estamos perdiendo la paciencia y apretando el acelerador, nos encontramos con una camioneta volcada. Es recomendable llevar una rueda de repuesto, GPS y sólo tomar el camino si se está seguro manejando en ripio.

Después de un hermoso recorrido acompañado por la Cordillera de la Sal, doblamos a la izquierda en dirección al blanco salar que destaca en el paisaje.

Cómo son las Lagunas de Baltinache

Hace millones de años el gran Salar de Atacama, fue un enorme lago que con el pasar del tiempo quedó seco y aislado. En su superficie, de 100 kilómetros de largo y 80 kilómetros de ancho, quedan algunas lagunas que deslumbran por su belleza única. Cuando llegamos quedamos anonadadas. Las lagunas de color turquesa con la Cordillera de la Sal detrás crean un paisaje surrealista.  

Antes de ingresar a las lagunas hay que pagar un importe en la caseta de Conaf, donde también hay baños y duchas para sacarse la sal. Las lagunas están algo alejadas las unas de las otras, es por eso que hay un sendero demarcado para recorrerlas de principio a fin. Es importante respetar el camino y así no contribuir al deterioro de este magnífico tesoro natural.

La paz y la tranquilidad son indudables. El paisaje se ve prístino sin aglomeraciones. Somos sólo 7 personas en el lugar, todos preocupados de respetar el entorno: nos bañamos sólo en las lagunas aptas, que son la primera y la última; no nos salimos del sendero; y no dejamos ningún rastro al retirarnos. 

Vive la experiencia