La zona sur de la región de Los Lagos es la entrada a la zona más austral de Chile. Comprende el Archipiélago de Chiloé, una zona llena de mitos y tradiciones, y la Provincia de Palena, de increíble belleza natural y propicia para el turismo aventura.
La Isla Grande de Chiloé es la segunda más grande de Chile después de Tierra del Fuego. Está ubicada a 90 kilómetros al suroeste de Puerto Montt y es un lugar de enorme riqueza natural y cultural. Mientras su zona costera se caracteriza por una variada fauna silvestre, el interior es el hogar de grandes bosques autóctonos. Punto de desarrollo para la cultura Huilliche, Chiloé tiene una tradición de mitos y leyendas; sus leyendas folclóricas fusionan lo cristiano con las tradiciones de la isla y han creado sus personajes mitológicos, como El Trauco y La Pincoya.
El largo aislamiento en el que se encuentran, el clima y la curiosa mezcla de dos pueblos, dieron a los pobladores de la Isla de Chiloé un carácter que ha intrigado y atraído a muchos continentales. Sorprendentes resultan sus construcciones arquitectónicas de madera y la creación de herramientas de trabajo adecuadas a sus propias necesidades. Quizás lo que más caracteriza y define el carácter de esta gente cariñosa, amable y profundamente enamorada de su isla es su sistema de creencias, producto de una mezcla entre mitología y catolicismo.
Gran fama y reconocimiento tienen las iglesias de Chiloé, construidas en los siglos XVII y XVIII por los Jesuitas y luego por los Franciscanos en el siglo XIX son el testimonio de una tradición que perdura hasta en nuestros días. Hechas de madera, representan la fusión de la arquitectura y técnica de europeos e indígenas.
Por la zona continental, la ruta que por más de mil kilómetros recorre esta región representa uno de los mayores esfuerzos del hombre por dominar estos parajes. La llamada Carretera Austral comienza en Puerto Montt y, ya en sus primeros kilómetros, atrae inmediato interés con los parques nacionales Alerce Andino y Hornopirén.
Más al sur está el Parque Pumalín, producto de una iniciativa particular por conservar y proteger nuestra diversidad biológica. Finalmente, pasando Chaitén, poblado dotado con todos los servicios necesarios, puedes escoger entre un delicioso baño en las Termas del Amarillo, o continuar camino hacia el lago Yelcho, un excelente lugar para pescar.